DIGNIFIQUEMOS A NUESTRA GENTE


En el sector cultural: ¡Perú tiene talento! ¡Arequipa tiene talento! Pero también tiene autoridades y gerentes incapaces de reconocer el esfuerzo de sus activistas culturales, salvo los coronen con elogios que ni en calidad de “persona” deberían recibir, tal vez a cambio de una medalla o un diploma de honor, y a modo de oficio con atención a la complicidad de quedarnos en silencio o felicitar su mala gestión.
No entiendo por qué tenemos que sonreírles para recibir un reconocimiento, por qué debemos formar parte de una “argolla” para estar considerado en sus actividades o por qué debemos ostentar un gran premio para ganarnos su “trato”. Son más detestables aquellas autoridades que buscan congraciarse con los foráneos y mantienen en la marginalidad a su propia gente.
Lo que necesita esta ciudad que a veces parece el feudo de unos pocos, arrogantes y caprichosos, es dignificar a sus gestores o promotores culturales en los diferentes rubros que se desenvuelven, a veces sin recibir una remuneración, soportando el maltrato de quienes se encuentran detrás de un escritorio en la administración pública, y, encima, partiéndose el lomo para que otros se lleven los aplausos y los créditos de lo que nunca hicieron.
Solo se puede dignificar cuando hay vocación de servicio e independientemente de nuestras diferencias actuamos con igualdad, impulsando los proyectos con la misma atención que pudiera merecer Vargas Llosa, a quién de ninguna forma harían mendigar un presupuesto, lo recibirían de inmediato y con la pompa que en cristiano todos merecemos. 


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