UN BUEN CANDIDATO
¿Qué debe tener un buen candidato, además de una sonrisa ridícula mientras camina por las calles deshaciéndose en halagos y un par de padrinos patrocinando la campaña electoral? En realidad, un excelente cuadro político debe ser, por sobre todas las cosas, buena persona. Correcto, justo, tolerante y empático. Transparente en sus gestos y sincero en su manera de pensar y concebir el mundo, aún no estemos de acuerdo con sus opiniones personales. Si la Ley Orgánica de Elecciones no puede impedir la postulación de algunos sinvergüenzas, elimina de tus posibilidades aquellos que tienen sentencias pendientes por delitos de violencia, resistencia a la autoridad, pensión alimenticia, incompatibilidad laboral, incluso, usurpación de funciones. El siguiente paso es descartar a los populistas y mentirosos que te observan con sus ojos de borrego zonzo para ganarse tu voto; aquellos que creen que la gestión pública es firmar un documento y enviarlo con la secretaria, y encima te aseguran que